Cinco personas evitaron la segunda muerte en el accidente del ultraligero
Kika y José tenían por delante una apacible jornada para descubrir, a vista de pájaro, el maravilloso paisaje que va dibujando el Guadalquivir desde Alcalá del Río. Como casi todos los fines de semana, junto a otras parejas de su club de vuelo, partieron desde el aeródromo de Ilipa Magna, en el municipio sevillano, rumbo a Trebujena (Cádiz), donde harían una parada antes de volver al punto de partida. Lo hacían pasadas las diez de la mañana en su motovelero, un Sinus de la marca Pipitrel.
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