Cómo amortiguar las turbulencias
Hasta hace solo unos años, las aerolíneas recibían los partes meteorológicos por teletipo. Los pilotos tenían que revisar grandes cantidades de papeles y comparar las previsiones meteorológicas con sus planes de vuelo. Una vez en el aire, dependían de las comunicaciones por radio y de unos radares rudimentarios para eludir el mal tiempo en sus rutas.
Hoy día, los pilotos descargan en sus tabletas planes de vuelo detallados y partes del tiempo llenos de complejos gráficos. Los responsables del control del tráfico aéreo siguen la trayectoria de las aeronaves en tiempo real y les proporcionan datos meteorológicos al instante. Los radares actuales permiten realizar ajustes fácilmente durante el vuelo. ¿La consecuencia? Menos sacudidas, menos tumbos y menos bebidas derramadas, escenas que se han repetido en el aire desde que los hermanos Wright hicieran volar el primer avión en 1903.