El arte de ordenar el cielo
Vuelo Iberia 3678. Permiso para aterrizar en pista 30. Viento 300 grados a 10 nudos». A través de un críptico mensaje como éste, un controlador aéreo encargado de labores de aproximación permite a un avión el aterrizaje (siempre con viento en contra) en un aeropuerto. Una labor repleta de protocolos, una estrecha coordinación, una exigente precisión y un sinfín de variables que van desde el tráfico aéreo hasta la climatología, con las que estos profesionales gestionan a diario, por ejemplo en Madrid, los destinos de 100.000 viajeros y 900 aviones.