El futuro del Control Aéreo en España pasa por participar activamente en el diseño de la Navegación Aérea a largo plazo en sintonía con todos los agentes implicados
Éste es el mensaje central que el presidente de la Unión Sindical de Controladores Aéreos (USCA), Pedro Gragera, ha lanzado en la conferencia pronunciada en el marco de las XXI Jornadas Aeronáuticas de la Fundación Enaire, organizadas con motivo del 50 aniversario de la creación del cuerpo de controladores, que se han celebrado durante los días 28 y 29 de noviembre en Madrid.
Gragera ha hablado de un futuro apasionante, pero ha dicho que para afrontarlo con garantías hay que superar algunos problemas heredados del pasado.
«Un futuro apasionante por el crecimiento de tráfico (en 2050 se habrá multiplicado por cuatro el número de usuarios de la aviación comercial, según IATA), por la innovación tecnológica (en un área donde tenemos empresas líderes) y por una nueva distribución del espacio aéreo fruto del Cielo Único Europeo, la innovación tecnológica y el incremento de capacidad requerida. En este escenario futuro lleno de retos y oportunidades el factor humano tendrá cada vez más peso. El trabajo del controlador del futuro no será idéntico al de ahora. Las tareas más rutinarias y sencillas serán realizadas por máquinas y el controlador podrá mover más tráfico desde un papel más supervisor que táctico. Esto no significa menos controladores, ya que habrá más tráfico, sino que será necesario un controlador con mayores habilidades y conocimientos que un mero operador».
Por ello, ha manifestado que hay que tener un proceso de formación y selección de operadores, ya que el futuro requiere de personas con fuertes conocimientos y habilidades.
Se ha referido a la selección y formación del pasado como un ejemplo que se debería retomar. «Retomar una enseñanza pública y de calidad, donde se acceda por meritocracia y no acotarlo a quellos que puedan afrontar los 70.000-80.000 euros que cuesta la formación. Debemos afrontar una formación pública de calidad basada en el mérito y no en la cartera, y centrada en una escuela pública y de referencia, que debe tener el proveedor Enaire, al igual que la tienen el resto de proveedores. Mientras que hace 20 años se presentaban 10.000 candidatos con carreras universitarias para cien plazas, hoy se presentan 1.300 con 18 años para 130. Algo no funciona«.
El Presidente de USCA ha remarcado el papel fundamental de AESA y la
implantación del concepto de Cultura Justa para poder garantizar la seguridad de las operaciones en esta evolución de la Navegación Aérea. «Para avanzar en seguridad debemos notificar nuestros errores, pero esa notificación no puede ser sancionable salvo dolo o negligencia culpable«.
«AESA debe velar por la Cultura Justa y no entenderse como un organismo sancionador. No creemos un monstruo con afán persecutorio y sancionador; debemos crear una agencia que, sin renunciar a su función, tenga una política amigable en aras de la seguridad«.
Además, ha asegurado que los principales problemas que lastran el presente y futuro de Enaire y de la Navegación Aérea en España derivan de la falta de incorporaciones de personal en los últimos siete años. «Esto nos ha dejado con la plantilla más envejecida de Europa (51 años) y con síntomas evidentes de fatiga crónica por falta de reemplazo. Si estuviésemos en Alemania, mañana habría que cerrar el TMA de Madrid. Esta carencia de personal, aparte de abocarnos en el futuro inmediato a un escenario de regulaciones por ATC staffing, impide abordar con garantías cualquier proyecto de futuro, innovación tecnológica e internacionalización de Enaire».
Pedro Gragera ve necesario un plan de choque que resuelva estas carencias y permita a Enaire convertirse en un operador internacional de referencia en este futuro apasionante. Este plan de choque se articula en cuatro puntos:
1º-Entrada de personal continua todos los años y por encima de la reposición. «¿Cómo vamos a mover más aviones, si se disminuye el ratio cca por aeronave?, ha preguntado.
2º-Viabilidad del servicio. Entrada de personal a niveles de salarios competitivos, que permita participar en licitaciones en España y en el exterior y que vayan, poco a poco, igualándose a los CCAS actuales. «Necesitamos los mejores profesionales y que den lo mejor de sí mismos».
3º-Internacionalización. No sólo ser competitivos ahora, si no que hay que poder dar una solución global: vender nuestra tecnología, nuestros simuladores y además formar en destino a los controladores usuarios. Todo esto se puede hacer en sintonía y yendo de la mano con las empresas del sector.
4º-Cambios normativos y de convenio. Adaptar el descanso para dar un mejor servicio y proporcionar más eficiencia en la gestión de la plantilla ATC.
«En definitiva, crecer, generar riqueza, seguridad, linealidad. Y nuestra intención es participar en sintonía con las empresas prestatarias de servicios, AENA, compañías aéreas y resto de actores».